La voz humana es el instrumento sonoro más perfecto por cuanto es el más expresivo de entre todos los demás instrumentos musicales. “La voz es el instrumento con el que los humanos nos expresamos habitualmente, por lo que no es de extrañar que en un medio como la radio, que es eminentemente hablado, ésta sea, como se ha comentado en más de una ocasión, la columna vertebral del sonido radiofónico. El profesor Balsebre advierte que ninguna de las materias primas que constituyen el lenguaje radiofónico es por sí misma fundamental para la producción, pero reconoce que la palabra es indispensable en la radio. En este sentido, Balsebre sostiene que aquellos creadores que prescinden de la palabra en sus obras radiofónicas, rara vez consiguen un éxito comunicativo”.
Y es que en el medio radial, la voz es la que
establece el nexo con la audiencia. Irónicamente la ausencia de la imagen nos
crea una ilusión de intimidad y crea un clima de intimidad con los receptores
de nuestros mensajes. Sobre este punto, la doctora Ana Beatriz Ammann dice que “esta
misma ausencia de anclaje visual provoca una apariencia de cercanía entre
posiciones distantes en el espacio social y otorga un carácter representativo a
la participación en el diálogo radiofónico sin distinguir la posición individual
o colectiva de las voces socialmente designados para elaborar y proponer opiniones
constituídas”. Al ser la voz “la columna vertebral” en el medio radiofónico,
conviene considerar qué es lo que le da carácter radiogénico.
En primer lugar, es necesario dejar en claro que,
para un locutor de radio, es tan importante tener dominio sobre su técnica
vocal así como también tener una voz cálida, expresiva y versátil. La doctora
Emma Rondero, en un estudio realizado sobre los
principales errores cometidos por los locutores de radio, menciona lo
siguiente:
“Por tanto, del dominio de la locución depende
que el discurso se transmita con la eficacia suficiente para garantizar la
asimilación de los datos informativos por
parte del oyente. Pero, no se trata sólo de que el locutor posea unas extraordinarias
cualidades vocales sino que, además, debe acompañarlas de un adecuado
conocimiento y manejo de su voz, aplicado al tipo de mensaje que transmite.
Entonces, al buen locutor de informativos se le exigen ambas circunstancias:
que posea un buen instrumento sonoro pero, asimismo, que conozca las técnicas
vocales necesarias que le aseguren el dominio de la prosodia (entonación,
acento y ritmo) y de la pronunciación, aplicadas siempre al discurso informativo
radiofónico”.
Si
se quiere impactar a los oyentes con los mensajes y las reflexiones, la voz debe lograr ser la
amiga, acreditar confianza, credibilidad, misterio, alegría, tristeza, belleza,
fealdad, miedo, seguridad, en fin, transmitir estados de ánimos. La voz es, en
definitiva, la estrategia a utilizar para hacer reaccionar al oyente y este
pueda imaginar lo descrito. De este modo se cumple lo analizado por Ammann
sobre la apariencia de cercanía.
Asimismo,
podemos ver que el uso de las técnicas empleadas en la voz radiofónica sirve
también como un instrumento de gran utilidad para ser utilizada desde otra
perspectiva, porque como escuchar la radio no resulta ser lo mismo que
participar en una conversación, se detecta que un correcto uso de la expresión
oral por parte de quien emite la información, la descripción verbal, la
estructura gramatical y las frases cortas, entre otros elementos, facilitan la
comprensión. Para todo ello, los profesionales del habla deben estar adecuada y
competentemente preparados desde cualquier nivel estructural de la radio. Ello
permitirá una mayor compresión de lo que se desee transmitir a los públicos destinatarios
de los mensajes radiofónicos.
La
voz es todo es todo lo que el oyente puede imaginar. Nada impide que, fruto de su propia imaginación, una
persona pueda recrear en su mente el rostro de quien le habla, su aspecto
físico o su estado de ánimo. Es más, en el caso del partido de fútbol, un
oyente aficionado podrá visualizar, incluso, la velocidad a la que un jugador
se dirige a la meta contraria con intención de marcar un gol. Y todo ello con
sólo escuchar el sonido de su voz. ¿Cuáles
son, en un caso como este, las cualidades que son capaces de producir esta
sensación? Según la doctora Emma Rondero Antón, son cuatro las condiciones (http://www.unav.es/fcom/comunicacionysociedad/es/resena.php?art_id=135) que hacen
que una voz sea radiogénica, es decir, agradable radiofónicamente hablando y capaz de trasladar a la audiencia a
ese imaginario que expresan a través de su oralidad. Estas cuatro condiciones
son: la intensidad, la duración, la intensidad tonal y el timbre.
En el caso del timbre de voz, un estudio
interesante realizado por la Dra. Rondón arrojó como resultado que la
audiencia, para el caso de una voz informativa, encontró más agradables las
voces radiofónicas resonantes, brillantes y claras, al mismo tiempo que preferías
las voces con tonalidades graves. La razón: esta cualidades tímbricas y tonales
les transmitían mayores sensaciones de credibilidad, seguridad y tranquilidad.
Por otra parte, la naturalidad y la claridad
fueron siempre las cualidades más sobresalientes a la hora de valorar una
agradable pronunciación.
Así, pues, estos son algunos ejemplos de como las
cualidades de la voz, a la vez que el empleo de adecuadas técnicas de locución
son esenciales para el medio radial. Concluyamos recordando la definición dada
a la voz en el medio radial: la columna vertebral del sonido radiofónico.
GLOSARIO:
-
RADIOGÉNICO:
Que suena bien a través de la radio.
-
PROSODIA:
Parte de la gramática que enseña la recta pronunciación y acentuación.
-
TONO: Cualidad
de los sonidos, según su frecuencia, que permite ordenarlos en graves y agudos.
-
TIMBRE:
Calidad de los sonidos, que diferencia a
los del mismo tono, y que depende de la forma y naturaleza de los elementos que
entran en vibración.
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