La
radio latinoamericana padece una falta de creatividad generalizada en lo que
respecta a sus formatos. Es cierto lo que sostiene Lidia Camacho al decir que
“una vez dominada la técnica de creación y producción del radiodrama, este
padeció una repetición de fórmulas y códigos que indujeron a pensar que todo ya
estaba inventado”, refiriéndose al radiodrama como manifestación del arte
radiofónico. Pues lo mismo que ocurrió con los radiodramas ha acontecido con
las programaciones y los programas de radio: se ha extendido el uso de
determinados formatos, se han establecido normas implícitas que determinan la
elaboración de la parrilla programática, sobre todo en cuestión de horarios.
A
esto se suma la evidente disminución de audiencias aficionadas a la radio a
raíz del auge tecnológico, en especial de la Internet, que integra muchas de
las funciones de los demás y brinda muchas otras, una de las cuales es la
interactividad.
En
este contexto, el radioarte no es bien conocido. La radio actual no tiene
espacios dedicados a la promoción de la creatividad aplicada a la radio con
criterio artístico, pues, dentro de la fugacidad que le es inherente, apenas
dispone de tiempo para presentar un contenido popular, con el objetivo de acaparar
audiencia para satisfacer la demanda de publicidad de sus auspiciadores. Aún no
se ha alcanzado el necesario equilibrio entre el fin social de la radio e
intereses comerciales de los auspiciadores y las empresas de comunicación. Y es
que, precisamente, esto se debe a la misma naturaleza de la radio comercial. Arturo Merayo escribe lo siguiente al respecto:
“Además
de quebrarse el concepto unitario de comunicación radiofónica, se extiende la
idea de costear la producción a través de los recursos publicitarios y la radio
se inserta así, plenamente, en una lógica de competencia y en el seno de un
mercado industrializado, en el que las estrategias de comercialización hacen
olvidar la vocación de servicio público que había caracterizado al medio. ‘El
cambio sufrido por la radio es definitivo: por una parte sacrifica la
creatividad, la comunicación y el servicio a la sociedad en su propia esencia,
por la emisión constante y exclusiva de productos ajenos a su problemática expresiva
y comunicacional (discos) que no precisan de amplios plazos de producción ni de
equipos humanos culturalmente cualificados y técnicamente especializados’. La sustitución
del original proceso comunicativo de la radio por una visión tecno-económica acaba
por hacer olvidar las potencialidades sociales del medio. La radio, por decirlo
de algún modo, se traiciona a sí misma”.
De
este modo, vemos como para la radio ha sido una elección exclusiva perseguir su
financiamiento mediante la publicidad ante la búsqueda de la realización de su
fin social. Ahora bien: La difusión y promoción del radioarte, como
manifestación artística que es, tiene un valor predominantemente cultural, y en
ese sentido está relacionado primordialmente al fin social de la radio. Pero
dada la condición actual por la que pasa la radio, el radioarte apenas es
pobremente utilizado como artificio que sirve para hacer más llamativo un
informe o con fines publicitarios.
Propongo
tres puntos a partir de los cuales se podría intentar un impulso del
conocimiento por el radioarte.
a) En principio, y dada la arraigada
coyuntura socio-económica en la que se inserta la radio contemporánea, un
cambio en materia de la valoración del arte radiofónico debe comenzar por la
educación escolar. Efectivamente, en el actual estado de las cosas, una
experiencia de radio escolar puede ser el escenario más adecuado para un primer
contacto con el radioarte como ordenamiento estético de esa materia artística
de la radio que es el sonido y con intervención de ese espacio electrónico de
la radiodifusión. En este sentido, sostiene Merayo:
“[…]la
instalación de emisoras en las escuelas es una posibilidad que ya está siendo
utilizada por diversos colegios, precisamente aquellos que entienden que la
coparticipación de profesores y alumnos en la elaboración de los contenidos
resulta fundamental. "No se trata de competir con otros medios de
comunicación, ni siquiera con otras radios, sino de dominar los mecanismos de
esa peculiar forma de comunicación social […]. Se trata de convertir a un simple oyente en un receptor crítico ante los
mensajes de los medios de comunicación social, que además pueda usar ese
lenguaje para mejorar sus relaciones con los demás y con su entorno". Y
más adelante agrega: “Éste es, probablemente, el principal reto de la radio
educativa en este fin de milenio: regenerarse
a sí misma mediante el aprovechamiento de sus propios recursos expresivos y
apostando decididamente por la creatividad”.
b) Para Lidia Camacho, una de las
razones por la que el radioarte no prosperó en Latinoamerica es el poco estudio
que se le dedicó al medio radiofónico, y este estudio compete primordialmente a
las universidades, en tanto que éstas deben invertir esfuerzos en la
investigación. Vuelve a insitir Merayo: “Existe la necesidad de explorar de
forma continuada las posibilidades educativas del medio. Esta labor está
directamente relacionada con la "experimentación sonora "con el fin
de adquirir más elementos y conocimientos acerca del lenguaje radiofónico.
Además de los estudios abundantes acerca de audiencias, formatos y contenidos
es preciso seguir investigando en el lenguaje y la expresividad propios del
medio. Sólo así estaremos en condiciones de optimizar, y sobre todo de evaluar
y reformular la oferta programática. En esta tarea, las Universidades tienen
una responsabilidad especial en la medida en que están obligadas a experimentar
nuevos rumbos y a asumir el riesgo de indicar nuevos caminos”.
c) Luego, es necesario asumir los
nuevos retos que nos impone la era tecnológica. Heidi Grindmann, radialista
austríaca, habla de que a partir de la digitalización de la radio “se está
vislumbrando un megamedio”,
en el que “se da la convergencia de los medios de comunicación, computador y
telecomunicación”. La integración de estas tecnologías de la comunicación en
los estudios a realizarse favorecerán la mayor experimentación, pues
precisamente el medio digital abre nuevas posibilidades de emisión y “libera a
los artisitas de la radio cada vez más”.
GLOSARIO:
- RADIODRAMA: Composición sonora que
narra una historia y la recrea valiéndose de la voz y otros efectos sonoros.
- RADIOARTE: ordenamiento estético de
la materia artística de la radio, el sonido, con intervención del espacio
electrónico de la radiodifusión
Luis,
ResponderEliminarEs un trabajo coherente, aportante.