miércoles, 25 de abril de 2012

EUFONÍA EN EL MEDIO RADIOFÓNICO


 La voz humana es el instrumento sonoro más perfecto por cuanto es el más expresivo de entre todos los demás instrumentos musicales. “La voz es el instrumento con el que los humanos nos expresamos habitualmente, por lo que no es de extrañar que en un medio como la radio, que es eminentemente hablado, ésta sea, como se ha comentado en más de una ocasión, la columna vertebral del sonido radiofónico. El profesor Balsebre advierte que ninguna de las materias primas que constituyen el lenguaje radiofónico es por sí misma fundamental para la producción, pero reconoce que la palabra es indispensable en la radio. En este sentido, Balsebre sostiene que aquellos creadores que prescinden de la palabra en sus obras radiofónicas, rara vez consiguen un éxito comunicativo”.
Y es que en el medio radial, la voz es la que establece el nexo con la audiencia. Irónicamente la ausencia de la imagen nos crea una ilusión de intimidad y crea un clima de intimidad con los receptores de nuestros mensajes. Sobre este punto, la doctora Ana Beatriz Ammann dice que “esta misma ausencia de anclaje visual provoca una apariencia de cercanía entre posiciones distantes en el espacio social y otorga un carácter representativo a la participación en el diálogo radiofónico sin distinguir la posición individual o colectiva de las voces socialmente designados para elaborar y proponer opiniones constituídas”. Al ser la voz “la columna vertebral” en el medio radiofónico, conviene considerar qué es lo que le da carácter radiogénico.
En primer lugar, es necesario dejar en claro que, para un locutor de radio, es tan importante tener dominio sobre su técnica vocal así como también tener una voz cálida, expresiva y versátil. La doctora Emma Rondero, en un estudio realizado sobre los principales errores cometidos por los locutores de radio, menciona lo siguiente:
“Por tanto, del dominio de la locución depende que el discurso se transmita con la eficacia suficiente para garantizar la asimilación de los datos informativos por  parte del oyente. Pero, no se trata sólo de que el locutor posea unas extraordinarias cualidades vocales sino que, además, debe acompañarlas de un adecuado conocimiento y manejo de su voz, aplicado al tipo de mensaje que transmite. Entonces, al buen locutor de informativos se le exigen ambas circunstancias: que posea un buen instrumento sonoro pero, asimismo, que conozca las técnicas vocales necesarias que le aseguren el dominio de la prosodia (entonación, acento y ritmo) y de la pronunciación, aplicadas siempre al discurso informativo radiofónico”.
Si se quiere impactar a los oyentes con los mensajes y las reflexiones, la voz debe lograr ser la amiga, acreditar confianza, credibilidad, misterio, alegría, tristeza, belleza, fealdad, miedo, seguridad, en fin, transmitir estados de ánimos. La voz es, en definitiva, la estrategia a utilizar para hacer reaccionar al oyente y este pueda imaginar lo descrito. De este modo se cumple lo analizado por Ammann sobre la apariencia de cercanía.
Asimismo, podemos ver que el uso de las técnicas empleadas en la voz radiofónica sirve también como un instrumento de gran utilidad para ser utilizada desde otra perspectiva, porque como escuchar la radio no resulta ser lo mismo que participar en una conversación, se detecta que un correcto uso de la expresión oral por parte de quien emite la información, la descripción verbal, la estructura gramatical y las frases cortas, entre otros elementos, facilitan la comprensión. Para todo ello, los profesionales del habla deben estar adecuada y competentemente preparados desde cualquier nivel estructural de la radio. Ello permitirá una mayor compresión de lo que se desee transmitir a los públicos destinatarios de los mensajes radiofónicos.
La voz es todo es todo lo que el oyente puede imaginar. Nada impide que, fruto de su propia imaginación, una persona pueda recrear en su mente el rostro de quien le habla, su aspecto físico o su estado de ánimo. Es más, en el caso del partido de fútbol, un oyente aficionado podrá visualizar, incluso, la velocidad a la que un jugador se dirige a la meta contraria con intención de marcar un gol. Y todo ello con sólo escuchar el sonido de su voz. ¿Cuáles son, en un caso como este, las cualidades que son capaces de producir esta sensación? Según la doctora Emma Rondero Antón, son cuatro las condiciones (http://www.unav.es/fcom/comunicacionysociedad/es/resena.php?art_id=135) que hacen que una voz sea radiogénica, es decir, agradable radiofónicamente  hablando y capaz de trasladar a la audiencia a ese imaginario que expresan a través de su oralidad. Estas cuatro condiciones son: la intensidad, la duración, la intensidad tonal y el timbre.
En el caso del timbre de voz, un estudio interesante realizado por la Dra. Rondón arrojó como resultado que la audiencia, para el caso de una voz informativa, encontró más agradables las voces radiofónicas resonantes, brillantes y claras, al mismo tiempo que preferías las voces con tonalidades graves. La razón: esta cualidades tímbricas y tonales les transmitían mayores sensaciones de credibilidad, seguridad y tranquilidad.
Por otra parte, la naturalidad y la claridad fueron siempre las cualidades más sobresalientes a la hora de valorar una agradable pronunciación.
Así, pues, estos son algunos ejemplos de como las cualidades de la voz, a la vez que el empleo de adecuadas técnicas de locución son esenciales para el medio radial. Concluyamos recordando la definición dada a la voz en el medio radial: la columna vertebral del sonido radiofónico.
GLOSARIO:
-      RADIOGÉNICO: Que suena bien a través de la radio.
-      PROSODIA: Parte de la gramática que enseña la recta pronunciación y acentuación.
-      TONO: Cualidad de los sonidos, según su frecuencia, que permite ordenarlos en graves y agudos.
-      TIMBRE: Calidad de los sonidos, que diferencia  a los del mismo tono, y que depende de la forma y naturaleza de los elementos que entran en vibración.




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